Eso que llamamos “Rebeldía” y “Desobediencia” en el comportamiento de un niñ@ o adolescente, muchas veces es su propia naturaleza defendiéndose ante un ataque de “Autoritarismo” sin sentido, que busca controlar, imponer, juzgar….sin más razonamiento que ¡Porque mando yo y porque yo lo digo y porque lo que yo necesito como adulto es más importante que lo que puedas necesitar tu!

Os invito a “Valorar” y aplaudir de vez en cuando la rebeldía infantil.
Os invito a darle las gracias a vuestros hij@s o a vuestros alumn@s, cuando tengan la capacidad de “rechazar” un ataque de “Ordeno y Mando”

“Es INJUSTO mamá, al que no llora también le han pasado cosas y nadie lo escucha”

Estas palabras las compartía mi hija hace unos días conmigo.

¿Qué sucede si ante un conflicto, le otorgamos LA RAZÓN a una de las partes implicadas?

GANANCIAS PARA “UNO”:

-Uno gana y el otro pierde
-Uno está en lo cierto (tiene LA VERDAD ABSOLUTA) y el otro está EQUIVOCADO.
-Uno es el BUENO y el otro es el MALO
-Uno es APROPIADO y el otro es INAPROPIADO
-Uno es DIGNO y MERECEDOR de ESCUCHA, COMPRENSIÓN, AMOR y el otro NO

COSTOS PARA EL “OTRO”:

-SOLEDAD
-INCOMPRENSIÓN
-INSATISFACCIÓN
-DESAMPARO
-VACÍO
-FALTA DE AMOR

Ante un conflicto hay dos o más partes implicadas, todas ellas percibiendo “La VIDA” en ese instante desde sus pies, cada uno pensando, sintiendo, necesitando y actuando desde un lugar distinto y no por ello “equivocado”.
Ambos merecedores de escucha, atención, comprensión, compañía y apoyo.

No justifico con ello, de ningún modo, acciones violentas de ningún tipo, no se trata de eso. Siento que forma parte de nuestra responsabilidad, como padres, profesores y adultos, ser firmes y claros informando de límites que establezcan un marco de seguridad, para que las relaciones interpersonales se puedan dar con garantías de cuidado y respeto mutuo.

Sólo intento esclarecer que más allá de la percepción MENTAL que las partes implicadas expresan a través de sus palabras, que normalmente, suelen ser en forma de juicio acusador hacia el otro del tipo:
-“Es que XXXX me ha pegado con la pelota y por su culpa me he caído al suelo y me he hecho daño”

HAY MÁS, HAY MUCHO MÁS….

Y acompañar a los niños a que puedan esclarecer lo que hay más allá , a mi entender, es nuestra responsabilidad como adultos y requiere PARAR y TOMARSE EL TIEMPO NECESARIO PARA REFLEXIONAR:

1- ¿Cual ha sido el estímulo que en ambas partes ha movido el conflicto?
2- ¿Qué ha “interpretado-juzgado” cada parte?
3- ¿Qué ha sentido cada uno?
4- ¿Qué está necesitando cada parte?
5- ¿Qué reacción han tenido y que tipo de acciones alternativas se pueden plantear para “restablecer-sanar” el vínculo y el daño ocasionado así como para gestionar futuras situaciones similares?